Decreto 49/2011, de 1 de marzo, por el que se declara de interés social, a efectos de expropiación forzosa, la adquisición de la finca rústica en la que se sitúa el yacimiento arqueológico del Cortijo del Pajarillo, en Huelma (Jaén), inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, necesaria para posibilitar su contemplación, facilitar la conservación de este Bien, eliminar las circunstancias que atentan contra los valores o seguridad del mismo y garantizar un uso compatible con sus valores.

Sección3. Otras Disposiciones
EmisorCONSEJERIA DE CULTURA
Rango de LeyDecreto

El yacimiento arqueológico del Cortijo del Pajarillo, en Huelma (Jaén), reúne una serie de valores que lo dotan de gran excepcionalidad e importancia como santuario ibérico dedicado a un aristócrata, en el que se ha descubierto un significativo conjunto escultórico datado en el siglo IV a.n.e. De igual forma, las excavaciones realizadas han puesto al descubierto la gran monumentalidad de los restos arqueológicos y el buen estado de conservación que presentan. Hay que tener presente que solamente se ha excavado una mínima parte del yacimiento, existiendo abundantes restos bajo tierra.

Aunque el asentamiento fue descubierto en el año 1933, con motivo de la construcción de una carretera cercana, no fue hasta el año 1993 cuando se realizaron las excavaciones arqueológicas que descubrirían el gran asentamiento ibérico. El enclave arqueológico fue construido en una pequeña colina, hoy en día dedicada al cultivo del olivar. Se trata de un santuario ibérico único por la singularidad que presenta, y por el descubrimiento de un gran conjunto de escultura en piedra que en la actualidad se expone en el Museo Provincial de Jaén.

Las estructuras murarias están formadas por un gran podium, de unos 80 metros de largo y 8 metros de ancho, que presenta una alineación Norte-Sur, definida por un trazado homogéneo construido con mampostería de caliza con caras bien labradas y unidas por pequeños calzos de piedra y escaso mortero. En la pared central se construyó una torre a la que se accede desde una escalinata que estaba flanqueada por dos esculturas de leones. Sobre la torre se situó una escenografía escultórica donde destaca un gran lobo, un guerrero con atuendo de prestigio y falcata, y un muchacho desnudo junto a diversos animales míticos (grifos). Bajo la torre se localizó una amplía zona de depósito de ofrendas rituales.

El yacimiento arqueológico presenta una secuencia que se inicia en época ibérica, siglo IV a.n.e., que es la más destacada, a la que se superponen dos fases de época romana, siglo II d.n.e. y siglo V d.n.e., y, por último, también se han localizado materiales y algunas estructuras de época medieval datadas entre los siglos XI-XII.

Para posibilitar la contemplación del yacimiento es necesaria la musealización y puesta en valor de sus restos arqueológicos, la mayoría de cuyas estructuras permanecen bajo tierra, siendo imprescindible para la conservación y mantenimiento del mismo eliminar los usos agrícolas...

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